En esta obra me interesa abordar algunos temas antiguos y nuevos en relación con una hermenéutica analógica. Ellos le han dado algo a dicha hermenéutica, o ella les ha hecho alguna aportación, o puede hacerla. Por eso, versan singularmente sobre la
analogía, pero tratando de orientar y encauzar hacia su aplicación en una interpretación que evite los excesos de la hermenéutica unívoca moderna y la equívoca posmoderna.
En primer lugar, intentaré señalar lo mucho que ha dado Aristóteles a la hermenéutica. No sin antes poner algunos rasgos de la noción de analogía introducida por los pitagóricos, que es la de proporcionalidad. Aristóteles recoge otro tipo de analogía, que él llama pròs hén, y que la tradición posterior llama analogía de atribución (y que parece tener ya herencia platónica). Eso dio mucha apertura a la teoría de la interpretación, que ya no buscaba platónicamente la interpretación (única válida), sino varias interpretaciones aceptables pero jerarquizadas según grados de aproximación a la verdad del texto.
Viene luego la aportación de algunos filósofos medievales, quienes fueron muy atentos a la noción de analogía. Ellos se encargaron de desarrollar esta doctrina, tomándola de Aristóteles, pero llevándola más allá, y dándole una precisión mayor. Aportaron mucho al desarrollo posterior de esta doctrina.
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